-¿Tiene miedo de que lo maten?
-No, porque estoy muy bien protegido por el Estado argentino.
Alberto Nisman respondió así la consulta de uno de los asistentes a una conferencia que dio en Israel. Al diálogo lo recordó Gustavo Perednik, amigo del fiscal y quien oficiaba entonces de traductor. “Lo que sucedió fue que, cuando el Estado argentino decidió quitarle la protección, la pandilla pudo matarlo (en enero de 2015). Eso era muy difícil de prever...”, lamentó el autor de “Morir por la Argentina”.
El libro le sigue a “Matar sin que se note”, el primero sobre el ex titular de la unidad para esclarecer el atentado a la AMIA. Perednik presentará mañana su última obra, junto a la ex esposa de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. La charla, organizada por la filial local de la DAIA, será a las 21, en la Federación Económica (San Martín 427).
“El libro es una contextualización del asesinato y una novelización de su denuncia. El procedimiento es similar al de ‘Matar sin que se note’. Novelizaba lo que Alberto iba denunciando y descubriendo en sus dictámenes. La gran diferencia entre ambos es que en el primero, parte de la información me la suministraba él mismo. En la segunda, ya no contaba con esa fuente. Tuve que emplear recursos literarios. Uno de ellos es mantener una especie de diálogo constante con él, en base a diálogos reales. Cuento cómo la denuncia fue un progreso para la Justicia y cómo generó las circunstancias que hicieron posible su asesinato”, detalló a LA GACETA.
-¿Se imaginó que Nisman iba a terminar muerto?
-No, y él tampoco. Si bien hablábamos de la posibilidad de que lo asesinaran, nunca se le cruzó por la cabeza que podría ser en su casa. Había sido amenazado muchas veces... Esto fue bien planificado.
-Sostiene que lo mataron, ¿tiene sospechas de quién lo hizo?
-Los enemigos que lo amenazaban, que son los agentes de Irán en Argentina. Me imagino que entraron tres malhechores a la casa. Uno de ellos quizás, iraní. Los otros, de los grupos de choque que actúan a favor de Irán, del grupo de D’Elia o de Esteche. Son especulaciones. La gente que lo odiaba.
-¿Cree que está mejor encaminada la investigación de su muerte?
-Sin dudas. Lo que hubo en la década K fue un ocultamiento de la verdad. Ahora estamos lentamente encaminados a la verdad.
-¿Cuáles cree que son los hitos del encubrimiento del atentado?
-En la época de Menem, hubo encubrimiento. En la K, fue complicidad, que es mucho más grave. Hicieron una alianza. El memorándum, al que llamo memorracho, fue parte de esto. Es imposible que alguna vez se hubiera sabido la verdad por cómo está hecho. Nisman descubrió que no fue el comienzo de la farsa sino su conclusión. Todo había comenzado en 2011, con un pacto secreto entre Timerman y su par iraní Salehi.